Una hija enfurecida le parte la cabeza a su madre con un velador muy especial. A una mujer solitaria se le expande el cuerpo cuando se excita. Una pequeña hermana mayor salva a su hermano herido. Una mancha que no sale enfrenta a una empleada doméstica con su jefa. Una alumna desea desesperadamente a un escritor que es su maestro.... Es impactante cómo estos relatos ponen en evidencia la complejidad de los vínculos y sobre todo cómo el afecto puede ser una de las formas del control. Y en ese corset emocional, se ven los movimientos espasmódicos de un cuerpo que grita.
La precisa verosimilitud con la que hablan estos personajes confirma que Leticia Martin amplifica su voz obra tras obra. Con este libro, hace una apuesta a todo riesgo por el realismo más intenso y solo es posible tomarnos un respiro en sus pequeñas fugas hacia el absurdo. Su prosa es un machete con el que nos abre camino en este lugar salvaje en el que intentamos sobrevivir.